¿DÓNDE ESTÁ HECHO EL MUNDO?



Tal vez nos pueda resultar curioso mirar en la etiqueta de cualquier prenda de vestir, o en el interior de un componente electrónico, o lo que sea que se nos ocurra. Parece ser que todo está hecho en ese vasto y conocido país oriental. Se dice que allí se trabaja por un plato de arroz, y a menudo, incluso con la explotación infantil, sin que a los consumidores finales de ese producto les afecte la conciencia. También dicen que como en aquel país la mano de obra es tan barata, por eso todas las llamadas grandes empresas fabrican allí. Quizá quepa preguntarnos: ¿Cómo puede ser tan barata la mano de obra y a su vez producir tanto?. Algunos dirán que el nivel de vida allí es más bajo que en nuestro país, tan bajo, que incluso resulta más barato pagar los elevados costes de transporte desde aquel país al resto del mundo. Otros tal vez dirán que es cuestión de mentalidad. Parece ser que allí la gente nace para trabajar.
La cuestión es que un país en el que los derechos humanos parecen quedar tan lejos como el destino de las mercancías que exporta, fabrica el mundo entero y además va creciendo, o como lo llaman otros: es un país emergente. Ahora todo el mundo vive bajo la presión de los mercados y la guerra de los precios. Así, las empresas locales no pueden competir con el precio de lo que se produce allá en el lejano oriente. Pero otro dato curioso es que hay empresas que producen allá y lo venden al precio que cuesta hacerlo aquí, obteniendo por tanto un mayor margen de beneficio. Para mí este no es más que un significativo dato del alcance de la codicia humana, pero tal vez, lo peor de todo es que ya no es la producción, el dinero o el presidente de un poderoso país el que gobierna el mundo, sino que realmente estamos gobernados por la codicia humana, que aliada con el dinero, es capaz de crear expolios, abusos o crisis mundiales para que baje el nivel de vida de la mayor parte de los habitantes del planeta y concentrar toda la riqueza en sólo unas pocas manos.
Ahora, en estos tiempos, todos los presidentes son marionetas en manos de quienes controlan la economía mundial, y el resto de ciudadanos, parece ser que únicamente somos los peones, totalmente sacrificables para proteger los intereses del resto de las fichas del tablero. Y mientras tanto, todos esos peones trabajan, o simplemente viven y siguen adelante soñando llegar al lado opuesto del tablero y convertirse en un alfil, una torre, un caballo o incluso una reina, porque incluso han sido adiestrados para vivir de la esperanza. Y otros se quejan en las redes sociales, caricaturizan la crisis o a sus marionetas, mientras tanto, cada vez son más personas las que se acercan al umbral de la pobreza; las que pierden su casa, su trabajo; las que han de recurrir a la caridad de los demás; las que no pueden pagarse su propia salud…
¿Tu estarías dispuesto a trabajar sólo por un plato de arroz?. ¿No te has planteado un mundo diferente, algo mejor?
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--   Daniel Balaguer  http://www.danielbalaguer.es  https://sites.google.com/site/danielbalaguer